miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cookies de avena, plátano y chocolate

Pequeñas, dulces y tiernas cookies.

Tan inocentes que entre sus ingredientes no aparecen ni harinas procesadas, ni azúcares refinados. Solamente un montón de cosas ricas y sanas como la avena, el plátano y el chocolate.

Un pequeño gran tesoro que descubrí hace ya tiempo entre las recetas de Heidi Swanson de 101 cookbooks, pero que no me he animado a poner en práctica hasta que Paula de Con las zapas en la masa no propuso que realizáramos dulces sin azúcar para el HEMC#39.

Una para el té de media mañana, otra para después de comer, otra para merendar…

QUÉ. Ingredientes para unas 16 cookies

2 platanos aplastados con un tenedor
Media cucharadita de extracto de vainilla
60 ml de aceite de oliva
85 gr de copos de avena “aplastados” (se venden con este nombre)
60 gr de almendra triturada
30 gr. de coco rallado
Una pizca de canela
Una pizca de sal
Media cucharadita de levadura royal
100 gr de chips de chocolate

CÓMO

Precalentar el horno a 180 gr.
Mezclamos el plátano, el extracto de vainilla y el aceite en un bol.
Por otro lado mezclamos la avena, la almendra, el coco, la canela, la sal y la levadura.
Unimos bien ambas mezclas y le añadimos el chocolate.
Hacemos montoncitos sobre un papel vegetal y metemos al horno durante unos 15 minutos o hasta que veamos que están doradas.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Salmón en croute

Y así, sin darnos cuenta y como que no quiere la cosa ya estamos a 14 de diciembre, fecha para publicar el reto Daring Cookers.

En esta ocasión, la anfitriona es Simone de Junglefrog Cooking, y pensando en la cena de navidad nos propone hacer salmón en croute. Es una receta bastante sencilla incluso haciendo la masa en casa en lugar de comprarla en el super, pero muy resultona. Y es que cualquier alimento envuelto en una masa automáticamente parece adquirir un status superior: de pechugas a pollo villeroy, de palitos de zanahoria a tempura, de huevo cocido a huevos a la reina y de salmón a salmón en croute. ¡Hay que ver como viste un poquito de packaging culinario!

Y es que el envoltorio cada vez parece ser más importante, hasta el punto de que la industria cosmética gasta casi más dinero en presentar un producto que en el producto en si.

Es un tema que me resulta complicado, por un lado resulta vergonzoso invertir tanto en packaging por lo poco sostenible que resulta, pero por otro lado me encanta cualquier cosa que esté bien presentada. ¿A quien no le gustan los regalos con un precioso papel y un enorme lazo?

En esta ocasión los japoneses, maestros del arte de envolver y del minimalismo, han salido en mi ayuda conseguiendo reconciliar mi conciencia con la coquetería gracias a sus furoshikis. ¿Qué que es un furoshiki? Un rectángulo de tela que doblándolo de diferentes formas sirve para envolver un sinfín de objetos. Algo así como nuestra bolsa de la compra plegable vista por un maestro del origami.

En la página web furoshiki.com hay un montón de telas preciosas y se explican las diferentes técnicas, aunque también se puede utilizar cualquier otra tela que os guste para fabricar uno. Coqueto y reutilizable. ¿Quién da más?

QUÉ. Ingredientes para 4 personas

Para la masa

450 gr. de harina
200 gr. de mantequilla fría en dados
Un poco de sal
Dos cucharadas de agua


Para el relleno

150 gr. de mascarpone
120 gr. de rúcula, espinacas y/o berros
500 gr. de salmón fileteado sin piel ni espinas
1 huevo


CÓMO

La masa


Mezclamos la harina con la mantequilla con las manos y vamos desmenuzando los dados de mantequilla hasta que la mezcla adquiera una apariencia de “migas”.
Añadimos la sal y el agua y mezclamos hasta conseguir una masa homogénea. Si hace falta se puede añadir algo más de agua, pero con cuidado porque si nos pasamos será más difícil trabajar con ella.
Envolvemos en film y dejamos en la nevera mientras preparamos el relleno.

El relleno

Precalentamos el horno a 200 ºC.
Pasamos por una picadora o por la batidora el mascarpone con la rúcula, espinacas y/o berros.
Extendemos la masa sobre una superficie enharinada hasta que sea lo suficientemente grande como para envolver el salmón.
Ponemos el salmón en el centro de la masa y por encima la mitad de la mezcla del mascarpone.
Envolvemos bien el salmón, sellando bien las uniones.
Hacemos un par de cortes en la parte superior del paquetito para que el vapor pueda salir.
Doramos con el huevo batido y la ayuda de un pincel.
Metemos al horno durante media hora aproximadamente.
Para saber si está bien hecho, introducimos un cuchillo por uno de los cortes. Lo dejamos 3 segundos y comprobamos que esté caliente. Si es así y la parte superior está dorada, el salmón en croute ya está listo para servir con lo que nos sobra de la mezcla del mascarpone.

The 2009 Daring Cooks challenge was hosted by Simone of Junglefrog Cooking. Simone chose Salmon en Croute (or alternative recipes for Beef Wellington or Vegetable en Croute) from Good Food Online.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Intxaursaltsa

Según la mitología vasca Olentzero era un jentil, que ignorando las advertencias del más anciano y sabio de entre ellos, corrió a anunciar la llegada de Kixmi (Cristo) en lugar de esconderse bajo tierra.

Para los estudiosos, Olentzero representa el solsticio de invierno y entronca con las celebraciones precristianas europeas.

Pero para la gran mayoría de nosotros, sobre todo para los niños, Olentzero es un carbonero, que llevando su txapela (boina) en la cabeza y la pipa en la boca reparte regalos a todos los niños, o por lo menos a los que se han portado bien, durante la noche de Nochebuena.

Y para endulzar la espera de una noche tan larga y emocionante nada mejor que una intxaursaltsa. La intxaursaltsa, que significaría algo así como salsa de nueces, es un postre típico de navidad, aunque en la gran mayoría de las casas ha sido desbancado por el turrón, tan cómodo de preparar como sacar la tableta de su envoltorio.

Sin embargo es un postre sencillo y reconfortante, que aún siendo adecuado para cualquier día de invierno no es demasiado conocido. Por eso, en cuanto Noema me propuso participar en su calendario de adviento pensé en él. Espero que estéis disfrutando tanto como yo abriendo cada día una ventanita de este calendario, todavía quedan un montón de sorpresas hasta el 24 de diciembre. ¿Qué receta aparecerá mañana?



QUE. Ingredientes para 4 personas.

1 litro de leche.
200 gr. de nueces ralladas.
275 gr. de azúcar.
Un palito de canela.

COMO

Ponemos a hervir todos los ingredientes.
Cuando la mezcla espese se saca el palito de canela y se sirve, adornando con un poquito de canela molida y media nuez.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Cannoli

Hace ya muchos años pasé cuatro meses en Atenas gracias a la beca Erasmus. Además de conocer un montón de gente, salir y aprender mucho sobre restauración de arte (lo prometo no es coña), lo pasé increíblemente bien visitando las islas.

Nos juntábamos un grupo de amiguetes, cogíamos el medio de transporte más barato que encontrábamos y una vez en la isla alquilábamos una furgo que usábamos hasta para dormir. Que apañaditos ¿eh?

De esta manera tan hippiosa visitamos entre otros lugares Corfú, Creta, el Peloponeso y también Santorini. Como os estaréis imaginando la dieta era a base de tomate y bocadillos de jamón y queso, pero eso si, el desayuno lo hacíamos como reyes. En Santorini encontramos una cafetería con unos desayunos increíbles con huevos fritos, pancakes y zumitos de naranja a un precio no demasiado alto que lo llevaba una señora de carnes y abrazos generosos: “la mamma”. La verdad es que no se si era puro marketing, si la señora era italiana o simplemente si el viajar en temporada baja provoca estas cosas, pero cada mañana cuando aparecíamos en su cafetería nos pegaba unos achuchones mientras se auto-denominada “la mamma”.

Y mira por donde, de ella me he acordado al hacer la receta de Daring Bakers de este mes. Lisa Michele de Parsley, Sage, Desserts an Line Drives, nos retaba a hacer cannoli, un dulce siciliano típico de la época del carnaval. Son unos canutillos fritos y rellenos increíblemente buenos, que mientras los haces, rodillo en mano, te hacen sentir como una auténtica mamma italiana.

*Para hacer esta receta se necesita rodillo, cortantes redondos de unos 12 cm y cilindros de metal de un cm y medio de diámetro más o menos.

QUÉ. Ingredientes para unos 12 cannoli

Para la masa


125 gr. de harina
1 cucharada de azúcar
Media cucharadita de cacao
Un pellizco de canela
Un pellizco de sal
Una cucharada y media de aceite de oliva
Media cucharadita de vinagre
75 ml de vino dulce (aconsejan Marsala aunque yo utilicé Pedro Ximenez)
La clara de un huevo
Aceite de girasol para freir

Para la decoración

50 gr. de chocolate negro
Piñones picados

Para el relleno

500 gr. de ricotta
80 gr. de azúcar
Un pellizco de canela
Media cucharadita de esencia de vainilla
Una cucharada y media de chocolate rallado
1 cucharada de ralladura de piel de naranja
Una cucharada y media de pistachos picados

CÓMO

La masa


Mezclamos la harina, el azúcar, el cacao, la canela y la sal.
Añadimos el aceite, el vinagre y suficiente vino como para obtener una masa consistente.
Amasamos un par de minutos y lo envolvemos en film de plástico para dejarlo reposar en la nevera desde 2 horas hasta toda la noche.
Enharinamos la superficie de trabajo y el rodillo y estiramos la masa hasta que tenga un milímetro de grosor más o menos.
Engrasamos los cilindros de metal.
Cortamos los redondeles con los cortantes, y los enrollamos alrededor de los cilindros de metal.
Para que la zona de masa que se solapa quede bien pegada aplicamos clara de huevo y presionamos. Hay que tener cuidado de no manchar el cilindro de metal con la clara o se quedará la masa pegada.
Freímos en una sartén honda para que el aceite cubra bien los cannoli durante unos 5 minutos a fuego fuerte.
Al sacarlos tenemos que tener cuidado de no quemarnos con el aceite que habrá entrada dentro de los cilindros de metal. Tenemos que dejar que escurra al sacarlos.
Ponemos los cannoli sobre papel absorbente y mientras están todavía calientes sacamos el cilindro de metal, para ello cogemos el cannoli por el centro con un trapo para no quemarnos y golpeamos el extremo inferior del cilindro contra la mesa para que vaya saliendo poco a poco.

La decoración

Cuando los cannoli estén ya fríos derretimos el chocolate y bañamos las puntas de los cannoli en él.
Seguidamente lo pasamos sobre los pistachos picados y dejamos que el chocolate endurezca de nuevo.

El relleno

Para escurrir bien el queso ponemos un colador sobre un bol y metemos el queso envuelto en un trapito fino sobre él. Lo dejaremos así toda la noche.
Batimos el queso hasta que esté cremoso y añadimos el resto de los ingredientes.
Rellenamos los cannoli con esta mezcla ayudándonos de una manga pastelera.

The November 2009 Daring Bakers Challenge was chosen and hosted by Lisa Michele of Parsley, Sage, Desserts and Line Drives. She chose the Italian Pastry, Cannolo (Cannoli is plural), using the cookbooks Lidia’s Italian-American Kitchen by Lidia Matticchio Bastianich and The Sopranos Family Cookbook by Allen Rucker; recipes by Michelle Scicolone, as ingredient/direction guides. She added her own modifications/changes, so the recipe is not 100% verbatim from either book.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Bacalao a la Vizcaína

Cocinar un plato típico de tu pueblo.

Parecía relativamente sencillo, pero el tema del hemc #38 propuesto por Erika de La Ventolera ha hecho que me de cuenta de que apenas cocino platos tradicionales.

Y no es que la cocina vasca no me guste, me encanta como se cocinan los pescados y mariscos, las verduritas y por supuesto un buen chuletón. Creo que en Euskadi se le da muchísima importancia a la cocina, o quizá al comer y hay muchísimas actividades sociales en torno a ello como los txokos o los concursos gastronómicos. Además de contar con increíbles cocineros como Martín Berasategui, Juan María Arzak, Pedro Subijana, Fernando Canales, Hilario Arbelaitz y una nueva generación compuesta por profesionales como Andoni Luis Aduriz, Ricardo Pérez, Eneko Atxa…

Y sin embargo, yo me dedico a los dumplings, el sushi, las dosas y los macarons…

Pensando sobre ello he llegado a dos conclusiones. La primera, que no estaría nada mal dedicar parte de mi tiempo a aprender a hacer txangurro, intxaursaltsa, zurrukutuna y demás familia. La segunda, que para mi el encanto de la cocina reside en gran medida en el encanto de lo desconocido. Y es que me encanta probar cosas diferentes, de cualquier país y rara vez cocino dos veces la misma receta, salvo cocina de subsistencia, claro.

Esta vez he hecho bacalao a la vizcaína siguiendo la receta del libro “Cocina Vasca en Bizkaia” de Jesús Llona Larrauri y Garbiñe Badiola, (con ayuda de la mamma y de mi tía por supuesto). Y creo que gracias a este libro, a la mamma y a mi tía voy a poder cumplir con mis dos conclusiones, cocinar platos típicos que no haya hecho nunca antes, solo de bacalao tengo otro montón de recetas nuevas por probar: bacalao al pil pil, club ranero, a la busturiana, a la bilbaína…

QUÉ Ingredientes para 4 personas

4 tajadas de bacalao salado de unos 250 gr
4 cebollas rojas
1 tomate maduro
10 pimientos choriceros
2 dientes de ajo
Aceite de oliva
Sal

CÓMO

Ponemos el bacalao en remojo 36 horas antes, cambiando el agua cada 8 horas.
Una vez desalado lo limpiamos de espinas y escamas y lo secamos bien.
Limpiamos bien los pimientos quitándoles el pedúnculo y las semillas y los ponemos a hervir.
Pelamos el tomate y picamos el tomate y la cebolla y los ponemos a pochar a fuego suave.
Cuando los pimientos estén tiernos los abrimos y extraemos la pulpa con ayuda de una cuchara.
Echamos la carne de los pimientos, a la cebolla y tomate pochados y echamos unos 2 ó 3 cazos del agua de los pimientos. Echamos sal, dejamos hervir durante un cuarto de hora y lo pasamos por el chino a una cazuela de barro.
En otra cazuela de barro ponemos los ajos cortados en láminas con abundante aceite, cuando empiecen a dorarse retiramos la cazuela del fuego y ponemos el bacalao. Lo dejamos hacerse con el calor residual durante 10 minutos.
Pasamos las tajadas de bacalao y los ajos bien escurridos a la cazuela con la salsa y dejamos hacerse 5 minutos más.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Sushi

Nigiri sushi

Procrastinar: (Del lat. procrastinare). 1. tr. Diferir, aplazar.

Eso es precisamente lo que he hecho, aplazar, diferiar, procrastinar y atrasar un post sobre la primera vez que hice sushi.

Y tanto lo he atrasado que al final en vez de poner ese post que tenía entre los pendientes de publicar, tengo que publicar este otro, ya que es el reto de los Daring Cookers de Noviembre, propuesto por Audax de Audax Artifex y Rose de The Bite Me Kitchen.

Eso si, se hace saber que la primera vez fue un mano a mano con mi amiga Sonia. Dos fanáticas del sushi unidas por el tekka-maki-sushi, el futo-maki-sushi y el nigiri-sushi. ¡Que peligro!
Comimos tanto que su chico, hoy marido, nos decía “chicas, yo creo que como sigáis comiendo os vais a poner malas…”. Así y todo, nosotras seguimos comiendo…

Así que esta vez me he puesto a la tarea con cierta experiencia y con muchas ganas de terminar para comérmelo. El reto consistía en hacer el arroz, y con el tres tipos de sushi.

Rollo de Sushi en Espiral, un sushi enrollado con 8 rellenos diferentes, Nigiri Sushi, 8 pares de sushi hecho a mano, y un Dragon Roll, este último es un sushi enrollado al revés –con el arroz por fuera- al que se le da aspecto de dragón o gusano. No se a vosotros, pero a mi no me apetecía nada comerme un gusano, así que le puse las escamas de aguacate como decoración y pasé de las antenas, las patitas y demás complementos. En este video se ve muy bien como prepararlo.

Ingredientes: Para un montón de sushi (unos 8 sushi en espiral, 16 nigiri sushi y 8 dragon roll).

Para el arroz

500gr de arroz para sushi
El mismo volumen de agua que de arroz
100ml de vinagre de arroz
20 gr. de azúcar
1 cucharadita de sal

Para el sushi en espiral


1 lámina de alga nori
8 rellenos al gusto cortados en tiritas de 1cm de ancho y tan largas como la parte más estrecha del alga. Yo solo utilicé seis rellenos: pepino, aguacate, salmón, bonito, tortilla francesa y espárrago triguero.

¡ACTUALIZACIÓN IMPORTANTE! El pescado debe haber estado congelado 24 horas mínimo para evitar el malvado anisakis.

Para el nigiri sushi

1 lámina de alga nori.
8 acompañamientos diferentes, yo utilicé los mismos que para el sushi en espiral además de huevas de pescado y langostino cocido. Se utiliza muy poquita cantidad de cada ingrediente, para haceros una idea echarle un ojillo a la foto.

Para el dragon roll

1 lámina de alga nori
1 aguacate
Salmón y pepino (una tira de cada, de 1 cm de ancho y tan largas como la parte más estrecha del alga).

CÓMO

El arroz


Se echa el arroz en un recipiente y se lava. Hay que echarle agua y escurrirlo unas tres o cuatro veces. Hasta que el agua deje de salir blanca.

Escurrimos el arroz en un colador durante 30 minutos.

De mientras mezclamos 75 ml de vinagre de arroz con el azúcar y la sal y lo ponemos a fuego muy suave hasta que el azúcar se disuelva. Esta mezcla la utilizaremos con el arroz.

Mezclamos los 25 ml de vinagre restantes con un chorrito de agua. Esta mezcla nos ayudará a manejar el arroz al hacer el sushi.

Echamos el arroz escurrido en una cazuela con el agua y tapamos bien.

Cuando empiece a hervir bajamos el fuego y lo dejamos 12 minutos o hasta que absorba todo el agua.

Lo retiramos del fuego y dejamos reposar tapado otros 10 minutos.

Extendemos el arroz en una bandeja de madera, cristal o cerámica y vamos separando el arroz con una espátula de madera mientras añadimos poco a poco el vinagre de sushi.

Seguimos separando el arroz con una mano, mientras que con la otra lo abanicamos durante 5 minutos aproximadamente.

Sushi en espiral


Colocamos el alga a lo ancho sobre la esterilla y con la parte brillante hacia abajo.

Nos mojamos las manos en la mezcla de vinagre y agua para manipular fácilmente el arroz. Esto lo iremos repitiendo todas las veces necesarias.

Vamos colocando arroz sobre el alga sin aplastarlo demasiado, entre los huequitos de arroz tenemos que poder ver el alga, dejando una franja de unos 2 cm sin arroz en el extremo opuesto al que estamos.
Hacemos tantos surcos de 1 cm de ancho como ingredientes tengamos. De lado al lado del alga y de modo paralelo.

Colocamos los ingredientes y enrollamos con la ayuda de la esterilla.

Para cerrar humedecemos ligeramente con la mezcla de vinagre y agua la franja en la que no hemos puesto arroz y hacemos presión.

Cortamos los 8 pedacitos de sushi con un cuchillo muy muy afilado.

Nigiri sushi

Nos mojamos las manos en la mezcla de vinagre y sushi.

Vamos haciendo croquetitas, dándoles forma con la palma de la mano izquierda y los dedos índice, corazón y anular de la derecha.

Vamos colocando los ingredientes a nuestro gusto. Nos podemos ayudar de tiritas de alga para sujetarlos mejor. Donde queramos que el alga “pegue” la humedeceremos con la mezcla de vinagre y agua.

Dragon Roll


Colocamos el alga a lo ancho sobre la esterilla y con la parte brillante hacia abajo.

Nos mojamos las manos en la mezcla de vinagre y agua para manipular fácilmente el arroz.

Vamos colocando arroz sobre el alga sin aplastarlo demasiado.

Le damos la vuelta al alga y arroz con ayuda de un film transparente, de modo que lo que quede a la vista sea el alga, en medio el arroz y debajo el film.

Cortamos la mitad del aguacate en tiritas de 1 cm.

Colocamos el aguacate, el salmón y el pepino en el centro del alga, de lado a lado de la misma y sin superponerlos demasiado.

Enrollamos con ayuda de la esterilla y retiramos el film.

Cortamos el aguacate como un abanico y lo colocamos a lo largo del rollito. (Ver este video).

Con ayuda del film y la esterilla rehacemos la forma de rollito.

Cortamos los cachitos de sushi con un cuchillo muy afilado y retiramos el film.

The November 2009 Daring Cooks challenge was brought to you by Audax of Audax Artifex and Rose of The Bite Me Kitchen. They chose sushi as the challenge.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Dime que cocinas y te diré quien eres

Fotografía extraída de la web de Julie Rothhahn

Cuando llevas un tiempo visitando diferentes blogs de cocina, les acabas asignando una personalidad propia a cada uno de ellos, que irremediablemente trasladas a sus autores.

Es posible que las cosas no sean tan sencillas, y un blog no siempre sea el espejo el alma, pero yo no puedo evitar leer entre líneas e imaginarme como es cada persona según lo que cocina y por consiguiente, come.

Hay quien se dedica a cocinar platos muy elaborados, otros recuperan recetas tradicionales o indagan en la cocina de otros países. Hay opciones saludables, sin gluten y veganas, o personas que cada poco tiempo sacan dulces maravillas de sus hornos. Y por supuesto, hay presentaciones para todos los gustos, sofisticadas, sencillas e incluso coquetas.

La diseñadora Julie Rothhahn se ha dedicado sobretodo a esto último, a investigar como presentar los alimentos de una manera novedosa, original y sobretodo divertida. Echar un ojillo a su web, es bonita ¿verdad?

martes, 3 de noviembre de 2009

I Encuentro de bloggers de Getxo…y alrededores, y macarons con footage


La mañana del pasado sábado, 31 de noviembre, la pasé en el “I Encuentro de Bloggers de Getxo…y alrededores”. Una reunión en la que nos juntamos un grupo considerable de bloggers de Getxo…y como su nombre indica, de alrededores.

Fue una reunión intensa, dos horas de presentaciones, fotografías y buenas intenciones. Un montón de proyectos y buenas ideas, que aunque no hubo tiempo de concretar demasiado, creo que poco a poco y con un poquito de ganas se irán materializando.

Y es que ganas y ánimo había. Y mucho. Tanto que al llegar a casa me decidí a reintentar los macarons de cacao de la semana pasada. Si, esos de cacao, tan ricos pero tan chaparritos.

Y algo se me debió pegar en la reunión. No se si fue energía positiva o buenas vibraciones, o quizá fue que cambié la receta por una de David Lebovitz y leí miles de consejos en otros blogs… La cosa es que mis macarons se decidieron a subir, ¡y además con footage!

Todavía me faltan unas cuantas hornadas para llegar al nivel de Ladurée, pero ya sabeis que ellos me llevan 197 años de ventaja…tengo tiempo para mejorar.

En la foto os pongo la taza que nos regalaron, decorada con motivos de Getxo.

QUÉ. Ingredientes para 15 macarons

100 gr. de azúcar glass
50 gr. de almendra en polvo
20 gr. de cacao en polvo
2 claras de huevo a temperatura ambiente
65 gr. de azúcar
Mermelada de melocotón para rellenar

CÓMO

Precalentar el horno a 180 ºC.
Mezclamos el cacao, la almendra y el azúcar glass. Si podéis, pasarlo por la batidora o un robot de cocina para que quede muy fino y bien mezclado.
Subir las claras, primero a picos suaves, ir añadiendo el azúcar poco a poco sin dejar de batir hasta conseguir el punto de picos fuertes.
Mezclar ambas masas con cuidado, añadiendo primero la mitad de los ingredientes en polvo y luego la otra mitad.
Meter la mezcla en una manga pastelera y hacer montoncitos de 3cm, separados también por 3cm. Yo le puse un papel de hornear a la bandeja para poder separarlos mejor.
Dejar reposando la mezcla una hora.
Hornear 18 minutos.
Separar del papel con cuidado mientras los macarons están todavía calientes y dejar enfriar sobre una rejilla.
Una vez fríos se rellenan con la mermelada u otra crema que se os ocurra.

martes, 27 de octubre de 2009

Macarons de cacao con curd de pomelo

El año pasado Gari y yo hicimos una escapadita a París. Ya conocíamos todos los sitios de “obligatoria” visita, así que nos dedicamos a callejear por los diferentes barrios, a ver el museo de L´orangerie y a volver a los lugares que más nos habían gustado en nuestra primera vez en París.

No teníamos un plan demasiado detallado de lo que queríamos hacer, tan solo una cosa, yo tenía claro que quería desayunar en Ladurée.

¿Qué porque en Ladurée? Pues por todo un poco. Por lo preciosos que son sus establecimientos, por su página web, por que cambian sus productos según las temporadas y nunca dejan de sorprenderte, por el diseño de sus maravillosas cajitas…Chic c´est chic.

Así que allá fuimos a Ladurée. La experiencia fue todavía mejor de lo que me había imaginado, y eso que había imaginado mucho. Para que os hagáis una idea, por primera vez Gari se tomó un zumo de naranja sin echarle azúcar.

Mis macarons no son tan maravillosos como los de Ladurée, pero si tenemos en cuenta que ellos llevan ensañando desde 1862, y que para mi es la primera vez, creo que no me puedo quejar.

Ami S, anfitriona de Daring Bakers de octubre, nos propone esta receta extraída del libro de Claudia Fleming “The Last Course: The Desserts of Gramercy Tavern”. A la receta de los macarons le he añadido un poco de cacao en polvo y he elegido un curd de pomelo como relleno.

¡¡ACTUALIZACIÓN!!: Las comparaciones son odiosas, pero si vais a hacer macarons de cacao, seguir mejor esta otra receta.

QUÉ. Ingredientes para 24 macarons.

Para los macarons

135 gr. de azúcar glass
114 gr. de almendra molida
15 gr. de azúcar
3 claras de huevo a temperatura ambiente
Una cucharada de cacao amargo

Para el curd

120 gr. de azúcar
60 gr. de mantequilla a temperature ambiente y cortada en dados
El zumo de un pomelo
Una cucharadita de ralladura de pomelo
2 huevos

CÓMO

Los macarons


Precalentamos el horno a 95 ºC.
Mezclamos el azúcar glass y la almendra en un bol.
Montamos las claras a punto de picos suaves, vamos añadiendo poco a poco el azúcar hasta conseguir picos firmes.
Mezclamos suavemente un tercio de la almendra molida con las claras de huevo.
Añadimos el resto de la almendra y el cacao.
Hacemos pequeñas montañitas de unos 3 cm. sobre una bandeja de horno con papel vegetal.
Horneamos durante 5 minutos.
Sacamos la bandeja del horno, y cuando este llegue a 190 ºC volvemos a hornear durante 8 minutos.
Dejamos enfriar sobre una rejilla.

El curd

Batimos los huevos.
Mezclamos con la ralladura y el zumo del pomelo y el azúcar y lo ponemos a fuego suave.
Cuando espese lo sacamos del fuego, añadimos la mantequilla y mezclamos bien.

¡Ya solo queda rellenar los macarons!

The 2009 October Daring Bakers’ challenge was brought to us by Ami S. She chose macarons from Claudia Fleming’s The Last Course: The Desserts of Gramercy Tavern as the challenge recipe.

viernes, 23 de octubre de 2009

Queso brie con higos caramelizados

Uvas con queso saben a beso.

O por lo menos eso dicen. Aunque a mi me parece, que el queso también sabe a beso cuando lo combinas con ciertas mermeladas, con un buen vino dulce y por supuesto con estos higos caramelizados.

Esta es mi amorosa propuesta para el HEMC#37. Este mes la anfitriona es Maragda, de La quinta de Luculus y el tema, los aperitivos.

QUÉ

Unas rebanadas de vuestro pan preferido.
Queso brie o camembert
Higos
Vinagre balsámico
Romero

CÓMO

Cortamos los higos en cuatro, pero dejando la zona de abajo sin cortar, para que quede abierto como una flor.
Pintamos los higos con el vinagre balsámico y los ponemos a la plancha por ambos lados hasta que cojan un poquito de color.
Tostamos el pan y colocamos un poquito de queso encima, un higo tostado y un poquito de romero.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Pho Ga y Wontons de Chocolate

La primera vez que fui a un restaurante chino, debía de tener unos siete u ocho años. Por aquellos tiempos no existía la variedad de restaurantes asiáticos del momento, nada de vietnamita, japonés, tailandés…de hecho apenas había un par de italianos y todavía, aunque parezca mentira, no había donde comerse una hamburguesa.

Creo que este restaurante, el “Chino Mandarín” (que nombre más auténtico ¿verdad?), fue el primero que abrió por esta zona, más concretamente en Las Arenas, y claro, fue un boom total.

No se como, mi madre (si, la que hace comentarios en el blog como Maribel, declarada amante de la comida tradicional y tendente a eliminar ingredientes novedosos de las recetas), se dejo llevar por la vorágine y me llevó al restaurante chino, fuente de truculentas leyendas urbanas, acompañadas por una amiga suya y su hija.

Cuando llegó el gran día, la influencia materna pudo con mi espíritu aventurero, y a la hora de elegir plato solo me atreví con el pollo frito. Mi primera visita a un chino y solo me atrevo con el pollo frito…

Afortunadamente, en la actualidad el panorama ha cambiado totalmente. Además de tener una enorme oferta de restaurantes asiáticos, también es posible comprar los ingredientes típicos sin volverte demasiado loca, e incluso conseguir recetas de un montón de países diferentes.

El Pho Ga de este post es típico de la cocina vietnamita, y los wontons, aunque tengan un relleno poco ortodoxo también provienen de la cocina asiática. Ambas recetas componen el reto “The Daring Cooks” de este mes, una propuesta de Jaden, del blog The Steamy Kitchen.

PHO GA

Qué. Ingredientes para cuatro personas


2 cucharadas de coriandro
4 clavos
Media cucharadita de anís
2 litros de caldo de pollo
1 pechuga de pollo
Media cebolla
Un pedacito (7cm aprox.) de jengibre cortado en láminas y machacado
1 cucharada de azúcar
1 cucharada de salsa de pescado
500 gr. de noodles de arroz

Para acompañar

Brotes de soja
Salsa hoisin
Media cebolla roja en juliana
Cilantro fresco

CÓMO

Tostamos las especias (coriandro, clavo y anís) en una sartén durante unos cuatro minutos.
Ponemos las especias tostadas, el caldo de pollo, la pechuga, la salsa de pescado y el azúcar, el jengibre y la media cebolla en una cazuela y llevamos a ebullición.
Dejamos hervir durante unos minutos. Aprovechamos este tiempo para ir limpiando de grasa la superficie del caldo.
Sacamos pechuga y la cortamos en tiritas.
Colamos el caldo.
Cocemos los noodles según las instrucciones del fabricante.
Repartimos el caldo, la pechuga y los noodles en los tazones.
Servimos junto con el acompañamiento, para que cada comensal se sirva a su gusto.

WONTONS DE CHOCOLATE

QUÉ. Ingredientes para 12 wontons

1 huevo grande
1 cucharada de agua
12 láminas para wonton
Chips de chocolate
Aceite de girasol

CÓMO

Batimos el huevo junto con la cucharada de agua.
Extendemos una lámina de wonton, ponemos el relleno y doblamos de manera que lo envuelva totalmente.
El huevo nos ayudará a sellar bien el wonton.
Freimos los wontons por ambas caras.
Servimos espolvoreados de azúcar glass.

The October 2009 Daring Cooks’ challenge was brought to us by Jaden of the blog Steamy Kitchen. The recipes are from her new cookbook, The Steamy Kitchen Cookbook.

domingo, 4 de octubre de 2009

Ensalada de garbanzos


¿Dónde estás Garbancito?
En la tripita del buey…

Y no me preguntéis como empezaba el cuento, ni por supuesto, como terminaba. No es que no quiera contar la historia completa, es que el resto se ha perdido en una nebulosa dentro mi cabeza.

Siempre me acuerdo de este cachito del cuento de Garbancito cuando voy a cocinar garbanzos, mi legumbre favorita, no solo por su sabor, también por lo versátil que es: cocido, cous-cous, sopa, falafel, humus…y por supuesto ensalada.

Y precisamente era una ensalada de garbanzos lo que quería hacer el sábado por la mañana. Generalmente con un poquito de cebolleta, aceite, vinagre y sal me conformo, pero ese sábado era diferente.

Gari había llegado pronto de trabajar y estábamos los dos en la cocina, sin prisas y enfrentados a los garbanzos cocidos como a un folio en blanco. ¿Qué les echamos? Frutos secos, especias, hierbas, diferentes aliños, verduras, hortalizas... un montón de posibilidades, que no podíamos reducir a una sola receta.

Finalmente llegó el consenso, haríamos dos recetas, una más fresca con tomate, cebolleta y anchoíllas y otra más especiada con piñones, cebolleta y pimentón. Dos formas muy diferentes de comer unos garbancitos, que aquel día no terminaron en la tripita del buey precisamente…

QUÉ

Para la ensalada 1

Garbanzos cocidos
Piñones
Cebolleta muy picadita
Aceite de oliva
Sal

Para la ensalada 2

Garbanzos
Tomate en dados
Tomates secos
Cebolleta muy picada
Anchoillas
Aceite
Vinagre balsámico
Sal

CÓMO

Ninguna complicación. Mezclamos los ingredientes y a servir.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Vols au vent de morcilla con cebolla caramelizada

Este mes de septiembre el reto de Daring Bakers, propuesto por Steph de A whisk and a Spoon ha sido un reto de verdad: Hojaldre. Bueno, vols au vent hechos de hojaldre casero.

¿A quien no le apetece saber hacer hojaldre? Aprender a hacerlo ya es otra cosa, la primera vez da un poco de miedo…pero, si no diera respeto ya no sería un reto.

Para vencer la impresión he optado por ir de la mano de una profesional del tema, aunque ella no lo supiera, además de ver este video propuesto por Steph me he estudiado de cabo a rabo este post de Su de Webos Fritos. Si alguien se anima a hacer hojaldre por primera vez, debe leerse OBLIGATORIAMENTE el post. De verdad, Su explica super claro todos los pasos, con un montón de fotos y consejos. Un master on-line en hojaldre.

El resultado ha sido más que satisfactorio, animaros que no es tan complicado, como díria Obama: Yes we can!

QUÉ. Ingredientes para unos 15 vols au vent grandes

Para los vols au vent: Sigo la receta que nos propone Steph, aunque en realidad no es muy diferente de la de Su.

350 gr. de harina
150 gr. De harina de repostería
1 cucharadita de sal
300 ml de agua fría
450 gr. de mantequilla
La yema de un huevo
Un poco de agua

Para el relleno

Una morcilla de arroz
Una cebolla morada
Un poco de mantequilla
Dos cucharadas de azúcar morena
Un puñadito de piñones
Un chorrito de vinagre balsámico

CÓMO

Los vols au vent

Mezclamos las harinas y la sal.
Ponemos esta mezcla en la mesa en forma de volcán y echamos el agua en el centro.
Vamos echando la harina de las paredes hacia el centro y amasamos hasta conseguir una masa homogenea.
Hacemos una pelotita con la masa y le marcamos una cruz con un cuchillo.
Envolvemos con un trapo húmedo y lo dejamos en la nevera durante 10 minutos.
De mientras sacamos la mantequilla, la ponemos entre dos láminas de film y le damos unos golpes con el rodillo hasta que quede una lámina de unos 2 cm de grosor.
Sacamos la masa y aprovechando la marca de la cruz la extendemos como si fuera una cruz, con orejitas. Es importante que en el centro quede más masa que en los brazos. Si, mucho mejor si veis el post de Su.
Ponemos el cuadradito de mantequilla en el centro de la cruz, y lo envolvemos doblando sobre el los brazos de la cruz. Primero el de nuestra derecha, luego el de nuestra izquierda, el de arriba y el de abajo.
Golpeamos este cuadrado con el rodillo y lo estiramos de manera que quede 3 veces más largo que ancho.
Doblamos el tercio superior sobre si mismo, y después el tercio inferior. Como si fuerais a meter un folio en un sobre.
Giramos la masa 90 grados a la derecha, de manera que el doblez superior queda a nuestra derecha.
Volvemos a estirar 3 veces más largo que ancho y doblar primero desde arriba y luego desde abajo, y de esta manera habríamos dado ya nuestra segunda vuelta.
En este punto debemos dejar la masa de media a una hora en la nevera.
Después repetimos el proceso. En total deberemos darle 6 vueltas. Teniendo en cuenta que cada dos vueltas lo debemos dejar enfriando en la nevera.
Cuando ya tenga seis vueltas y lleve su media hora en la nevera lo estiramos hasta conseguir una plancha de unos 3-4mm de grosor.
Ahora debemos dar forma a los vols au vent.
Para ello cortamos redondeles con un cortapastas. El cortapastas puede ser más grande o más pequeño dependiendo del tamaño que os interese. Se cortarán el doble de redondeles de los vols au vent que queráis conseguir. La mitad de ellos se volverán a cortar de manera concéntrica con un cortapastas unos 2-3cm menor para hacer las paredes y los sombreritos.
Pinchamos con un tenedor las bases de los vols au vent y los sombreritos.
Mezclamos la yema del huevo con un poquito de agua y pintamos con esta mezcla los sombreritos y las bases.
Colocamos las paredes sobre las bases de los vols au vent, apretamos un pelín y pintamos la parte superior con cuidado de que no se escurra el líquido por los costados.
Metemos todo a la nevera durante una media hora, tiempo que aprovechamos para precalentar el horno a 200 ºC.
Horneamos durante una media hora, hasta que el hojaldre haya subido y esté doradito.

Trucos para hacer el hojaldre:
Es mejor que no haga demasiado calor.
Mantener siempre muy limpia la mesa y el rodillo, y bien enharinados.
Si veis que la mantequilla se escurre por algún lado, cerrarlo con un poco de harina y meter de nuevo la masa en la nevera.
Esta masa aunque es laboriosa es bastante flexible en cuanto tiempos. Se pueden dar cuatro vueltas un día, dejar toda la noche en la nevera y terminar las dos últimas vueltas al día siguiente. También congela bien.

El relleno

Derretimos la mantequilla en una sartén grande y añadimos el azúcar.
Cuando el azúcar se haya disuelto añadimos la cebolla y dejamos que se haga a fuego muy suave.
Cuando la cebolla esté oscurita y ya un poco caramelizada se añade el chorrito de vinagre y dejamos unos minutos en el fuego hasta que deje de oler a vinagre.
Quitamos la tripa a la morcilla y echamos el relleno en la sartén.
Removemos aplastando la morcilla hasta que el relleno quede suelto.
Cuando esté echa añadimos los piñones y retiramos del fuego.

El montaje

Ya sólo queda rellenar los vols au vent y ponerles los sombreritos.

The September 2009 Daring Bakers' challenge was hosted by Steph of A Whisk and a Spoon. She chose the French treat, Vols-au-Vent based on the Puff Pastry recipe by Michel Richard from the cookbook Baking With Julia by Dorie Greenspan.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Recetas Marikomori: Sashimi de salmón marinado

Soy malísima poniendo nombres.

Desde pequeña me ha costado un montón elegir nombres, ya sea para las muñecas, para un grupo de amigas o para los animales. Me parece que los nombres definen a quien los recibe, y además como son para toda la vida la responsabilidad me abruma, y no consigo decidirme por ninguna opción.

A la hora de bautizar el blog no fue diferente. Tenía diferentes opciones que iba escribiendo en una libretita, pero ninguna me gustaba demasiado. ¡Que pena que ya no se lleve lo de poner el santo del día! Me hubiera evitado un montón de preocupaciones, aunque ahora este blog se llamaría Teresa.

En su momento no se me ocurrió recurrir al santoral, además seguro que el dominio Teresa de blogger estaba ya ocupado, así que la elección del nombre se decidió en una tarde de merienda con mis amigas, aquello si que fue un brainstorming…

Entre diferentes opciones, buenas, malas, graciosas e incluso políticamente incorrectas, entre todas decidimos que se llamaría Marikeli, lo que hace Marilu en su keli, osea en su casa. Eso si, se decidió que el nombre podía ir variando en función de la receta, Marikis para los platos de inspiración griega y Marikomori para los japoneses.

A pesar de que el sushi, los fideos, la salsa de soja y el sashimi me tienen enganchadísima esta va a ser mi primera receta japonesa, es también mi aportación al HEMC #36. En esta ocasión la anfitriona es Nuria de CocinArte que propone como tema la cocina asiática y oriental.

Allá va la primera receta de Marikomori.

QUÉ. Ingredientes para 4 personas

500 gr. de salmón fresco limpio y sin espinas
1 cucharadita de jengibre machacado
1 ajo machacado
1 cucharadita de azúcar moreno
125 ml de salsa teriyaki
Media cebolleta picada
1 cucharada de sésamo

CÓMO

Cortamos el salmón en tiras de 1 cm. Para todos los platos en los que uso pescado crudo, antes lo he tenido 48 horas congelado para evitar el anisakis.
Disolvemos el azúcar en la salsa teriyaki y añadimos el ajo, el jengibre y el salmón.
Dejamos tapado durante media hora en la nevera.
Sacamos el salmón de la marinada sin escurrir y lo servimos con la cebolleta y el sésamo.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Clafoutis de mora

Tres, dos, uno… ¡Cero!

Se abrió la veda de la recogida de moras, y este año he conseguido que las cosas cuadrasen para tomar parte en esta carrera recolectora.

Todos los años, cuando el verano está a punto de terminar y veo alguna zarza según subo de la playa, pienso, “este año tengo que ir a recoger moras”, pero al final siempre se me acaba olvidando o no encuentro el momento para hacerlo. Hay que tener en cuenta que también tengo que engañar a Gari para que me acompañe, es más alto, y llega mejor que yo.

Esto de conseguir alimento directamente de la naturaleza y sin pasar por caja no deja de sorprenderme. Y parece que no soy la única que se siente atraída por este tipo de frutería comunista, porque os aseguro que no fue fácil llenar el tupper que habíamos llevado. En la parte de arriba de las zarzas había montones de moras gordas y negras, pero en la parte de abajo la cosa se complicaba. “Por esta zona ya han pasado los recogedores de mora bajitos” decía Gari. Al parecer, los recogedores de moras somos un colectivo muy poco previsor que no lleva nunca escalera.

Pero el desanimo no hizo mella en nosotros, tenía claro mi objetivo. Conseguir un tupper lleno de moras para hacer un postre que llevo siglos queriendo hacer. ¡Un clafoutis!

Clafoutis. Ese postre tan misterioso y esquivo, que de vez en cuando se deja ver en diferentes blogs, pero que jamás había probado ni había visto en ninguna carta o pastelería.

La primera vez que vi un clafoutis fue en La Tartine Gourmande. Es un blog muy coqueto, con unas fotografías preciosas y unas recetas francesas muy apetecibles. Así que, una vez conseguido mi pequeño tesoro, busqué su clafoutis de cerezas y simplemente cambié la fruta y las cantidades.

El resultado estuvo a la altura del esfuerzo. Es un postre sencillo, que respeta todo el sabor de la fruta, pero la acompaña de una especie de cremita cuajada dulce y jugosa. Una combinación perfecta.

QUÉ. Ingredientes para cuatro clafoutis pequeños

300 gr. de moras limpias y sin rabito
1 huevo
1 yema de huevo
50 gr. de azúcar moreno
15 gr. de maicena
15 gr. de harina
100 ml de leche fría
1 cucharadita de esencia de vainilla
50 ml de nata

COMO

Precalentar el horno a 180 ºC.
Batir el huevo, la yema y el azúcar.
Añadir la esencia de vainilla.
Diluir la maicena en la leche fría y añadir a la mezcla anterior.
Añadir poco a poco y sin dejar de batir la harina y después la nata y mezclar bien.
Untar con mantequilla los moldes.
Echar azúcar a los moldes y quitar el sobrante poniéndolos boca abajo.
Repartir las moras entre los moldes y verter la mezcla por encima.
Introducir en el horno durante 40 ó 45 minutos o hasta que estén dorados.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Dosas indias


Dosas indias o el placer de pochar verduras.

Me gusta pochar verduras. Es una actividad anti-stress maravillosa, barata y sana que me conecta con otra forma de trabajar. Despacito, con paciencia y dejando que sea el tiempo el que se ocupe de transformar las cosas.

Cebolla, ajo, zanahoria y pimiento verde. Un poquito de aceite de oliva y a disfrutar. Primero de la mezcla de colores en la sartén, y después de todos los olores que se van escapando.

Y allí me quedo yo, atontada, mirando la sartén durante un montón de minutos, con la excusa de revolver de vez en cuando con la cuchara de madera.

Esta receta va para los que como yo disfruten con esta simple actividad. Es una propuesta de Debyi de The Healthy Vegan Kitchen como reto de septiembre de los Daring Cookers. Verduras para el relleno, verduras para la increíble salsa de curry y verduras para el caldo. ¡Que derroche!

QUÉ. Ingredientes para 4 personas.

Para la salsa


1 cebolla picada
2 dientes de ajo
Media cucharadita de comino
Media cucharadita de sal marina
3 cucharadas de curry
3 cucharadas de harina de espelta (se puede utilizar harina integral sin problema)
750 ml de caldo de verduras
500 ml de leche de coco
3 tomates grandes pelados y picados

Para el relleno

5 dientes de ajo
1 cebolla muy picadita
1 zanahoria muy picadita
1 pimiento verde muy picado
2 guindillas picadas
2 cucharadas de comino molido
1 cucharada de orégano
1 cucharada de sal marina
1 cucharada de cúrcuma
850 gr. de garbanzos cocidos y escurridos
125 gr. de salsa de tomate

Para acompañar

Coco molido
Arroz basmati

Para los crepes

120 gr. de harina de espelta (yo use harina integral, pero me costó bastante extenderlas, supongo que con la harina normal será más sencillo)
Media cucharadita de sal
Media cucharadita de levadura (tipo royal)
Media cucharadita de curry
125 ml de leche de soja (o de arroz, almendras…)
175 ml de agua
Aceite en spray

CÓMO

La salsa

Empezamos pochando la cebolla y el ajo durante unos 5 minutos.
Añadimos las especias y cocinamos durante 1 minuto más.
Añadimos la harina de espelta y cocinamos otro minuto.
Añadimos el caldo vegetal poco a poco y removiendo para que no se hagan grumos.
Añadimos la leche de coco y el tomate.
Dejamos reducir a fuego lento. (Yo lo dejé casi una hora).

El relleno

Ponemos a pochar las verduras con las especias hasta que las estén tiernas.
Aplastamos los garbanzos a mano o con la batidora y los añadimos a las verduras junto con la salsa de tomate.
Mezclamos bien y esperamos a que se caliente la mezcla.

El acompañamiento

Cocemos el arroz basmati tal y como indique el fabricante.

Los crepes

Mezclamos los ingredientes secos y añadimos poco a poco la leche y el agua.
Batimos hasta conseguir una mezcla homogenea.
Calentamos una sartén y si no es suficientemente antiadherente le ponemos un poco de aceite con un spray.
Ponemos dos cucharadas de la mezcla y la extendemos en la sartén con movimientos circulares.
Cuando salgan burbujas en la superficie del crepe y esta aparece seca, le damos la vuelta, y cocinamos el otro lado durante unos segundos.

Servimos los crepes rellenos con la mezcla de garbanzo, y acompañados del arroz, el coco rallado y la salsa.

martes, 8 de septiembre de 2009

Yo no tengo huerto

Yo no tengo huerto. Y ni siquiera conozco a alguien cercano que lo tenga, así que mis posibilidades de practicar el noble arte de la horticultura quedan reducidas al mísero tamaño de una maceta.

Lo de la huerta es un tema que me encanta. Me muero de envidia cada vez que alguien me habla de las moras de la huerta de sus aitas, me trae unos tomates de los de verdad o me cuenta donde compra las semillas de lechuga.
No tengo claro de donde me viene esta cultivada pasión. Es posible que esté aquejada de algún tipo de síndrome de abstinencia verde debido a que mi día a día se desarrolla en un entorno más bien urbano, y supongo que también tendrá su peso los recuerdos de los veranos en casa de mis abuelos.

Aquí si que tenía huerto, todas las comodidades de levantarte por la mañana y coger un tomate de la misma parra para desayunar y sin obligaciones tipo plantar, regar y limpiar de malas hierbas. Tomates, zanahorias y guisantes sufrían mis picoteos, aunque lo que más me gustaban eran las fresas. Cogía mi balde, lo llenaba de agua y paseaba por los fresales. Cogía una, la limpiaba y me la comía. Menos mal que mis abuelos tenían huerta y no una pastelería, porque si no hubiera vuelto redonda a casa después de cada verano.

La cuestión es que ya no tengo huerto del que disfrutar, a cambio tengo un patio que he llenado de macetas de todo tipo. Y es que cualquier cosa que empieza a germinar en mi casa va directo a la maceta, ajos, jengibre y una cebolla que en muy poco tiempo se transformó en un manojo de cebollitas pequeñitas monísimas. A mi aquella explosión de fecundidad me pareció el milagro de los panes y los peces en versión vegetariana.

Es mi pequeña selva particular, me ha servido para aprender un montón de cosas y aunque he tenido algún disgustillo en forma de mosca blanca creo que ganan las alegrías. Los partos múltiples del aloe y las cintas, la floración del geranio limón y todas las plantas aromáticas (menta, orégano, lavanda, cebollino…), o los cambios de tipo de interés que sufre mi planta del dinero.
Cocinar mola, pero cocinar con tus propias verduras o hierbas mola doble.
¿Quién me da su firma para pedir huertos municipales al ayuntamiento?

jueves, 3 de septiembre de 2009

Gazpacho de sandía


Septiembre.

Lo que hace unos años era un mes de vacaciones casi completo, se ha convertido en el mes de la vuelta al curro como por arte de magia.

No es un mes que me disguste, tiene un toque de renovación, de realizar nuevos proyectos, de pensar si este año te vas a apuntar a inglés, a yoga o a natación… Junto con Año Nuevo y San Juan (por aquello de quemar lo que nos sobra) es una de las oportunidades que nos ofrece el calendario para reescribir nuestra lista de buenas intenciones.

Este año, además, septiembre ha llegado dejando muy clarito que es un mes de otoño. Exceptuando el lunes, no ha parado de llover el resto de la semana. ¿Será verdad que ha terminado el verano o todavía nos quedará algún día de solete y bocadillo?
Por si acaso, y como homenaje estival ahí va esta receta de gazpacho de sandía.

QUÉ. Ingredientes para 4 personas.

1 kg de tomate pelado y sin el pedúnculo
1 kg de sandía sin piel ni pepitas
1 pimiento verde pequeño sin pepitas
1 ajo
Media cebolleta
2 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de vinagre balsámico
Sal

CÓMO

Batimos las verduras y la sandía en la batidora.
Añadimos el vinagre y la sal.
Vamos añadiendo poco a poco el aceite.
Si nos gusta que la textura sea muy finita lo pasamos por el chino.

jueves, 27 de agosto de 2009

Dobos torte

Tardes de tarta y café. Si tiene algo de bueno un día de lluvia en verano son las tardes de tarta y café con las amigas. No voy a decir que me encante que haga malo, pero no me importa absolutamente nada que después de dos o tres días de sol, salga un día nublado para descansar del verano y pasar un rato en casa bien acompañada.

Ayer fue uno de esos días. Empezó nublado y no paró de llover hasta la noche, así que mandé un mensaje a mis compis y me puse manos a la obra con la Dobos torte que tenía pendiente hacer del Daring Bakers. Este mes las anfitrionas son Lorraine de Not Quite Nigella y Angela de a Spoonful of Sugar y su propuesta ha sido esta tarta Vienesa que inventada en 1885 por József C. Dobos.

Un par de horas de trabajo a la mañana, otro par a la tarde y para cuando mis amigas tocaron el timbre ya estaba la Dobos torte preparada en la mesa, dispuesta a darnos un ratito de placer.

¿Arrinconará la Dobos a la tradicional tarta de chocolate de las tardes de café Marikeli? No creo, es la tarta de chocolate que más nos gusta, la de siempre, y además fue la receta que inauguró el blog. Por algo habrá tenido ese honor…

QUÉ

Para las láminas de bizcocho


6 huevos grandes a temperatura ambiente
162 gr. de azúcar glass
1 cucharadita de esencia de vainilla
95 gr. de harina
17 gr. de maizena
Una pizca de sal

Para la crema de chocolate

4 huevos grandes a temperatura ambiente
200 gr. de azúcar
110 gr. de chocolate negro
250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente

Caramelo

200 gr. de azúcar
180 ml. de agua
40 ml. de zumo de limón
1 cucharada de aceite de girasol

Para el montaje

12 avellanas


CÓMO

Las láminas de bizcocho


Precalentar el horno a 200 ºC.
Cortar 6 láminas de papel vegetal y hacer un círculo de unos 23 cm con un lápiz. Esta plantilla nos servirá para hacer las láminas de bizcocho del mismo tamaño. La marca debe transparentarse para que podamos echar la masa por el lado contrario al del dibujo.
Batimos las yemas de huevo con la mitad del azúcar y la vainilla hasta que queden blanquecinas.
En otro bol y con las varillas limpias batimos las claras de huevo hasta el punto de picos suaves. Poco a poco vamos añadiendo el resto del azúcar.
Ponemos la mitad de las claras con las yemas y las mezclamos con cuidado, añadimos el resto y volvemos a mezclar.
Mezclamos los dos tipos de harina y la sal y las añadimos poco a poco a la mezcla.
Con la ayuda de una espátula ponemos una sexta parte de esta mezcla sobre el papel vegetal y metemos la bandeja en la parte superior del horno durante 5 minutos o hasta que se dore.
Mientras se va haciendo extendemos otro círculo y lo ponemos en la parte central del horno.
Al sacar la primera bandeja subimos la segunda a la zona superior y así consecutivamente hasta conseguir los 6 círculos de bizcocho.
Antes de reutilizar las bandejas de horno las debemos enfriar con agua y secar bien.
Con la ayuda de una plantilla de unos 21 cm y un cuchillo de sierra cortamos los círculos para que queden exactamente del mismo tamaño.

La crema de chocolate

Mezclamos los huevos y el azúcar hasta que queden blanquecinos.
Los ponemos al baño maría sin dejar de remover.
Después de unos 2-3 minutos añadimos el chocolate muy picado y seguimos removiendo hasta que se una todo bien.
Retiramos del fuego y dejamos que quede a temperatura ambiente.
Añadimos la mantequilla blandita (no derretida) poco a poco mientras batimos con unas varillas.
Enfriamos.

El caramelo

Cogemos el círculo de bizcocho que mejor haya quedado y le hacemos unas marcas que lo dividirían en 12 partes iguales.
Ponemos el agua, el zumo de limón y el azúcar en una sartén a fuego suave.
Cuando el azúcar se ha disuelto subimos el fuego y lo dejamos hacer hasta conseguir un caramelo dorado. No se debe revolver, pero si mover la sartén de vez en cuando y eliminar los cristales de azúcar de los bordes con la ayuda de un pincel húmedo.
Engrasamos con el aceite una espátula y un cuchillo.
Extendemos el caramelo sobre la lámina de bizcocho con la ayuda de la espátula y lo dejamos enfriar unos 30 segundos.
Marcamos con el cuchillo las doce partes iguales y dejamos enfriar del todo.
Partimos con un cuchillo de sierra las doce partes.
Para que no se escurriera el caramelo, puse la lámina de bizcocho dentro de un molde de tarta del mismo tamaño.

El montaje

Vamos alternando capas de crema de chocolate con láminas de bizcocho, empezando y acabando con chocolate.
Cubrimos los laterales con la crema.
Colocamos las doce partes caramelizadas en la zona superior con una avellana bajo cada una de ellas.

The August 2009 Daring Bakers' challenge was hosted by Angela of A Spoonfulof Sugar and Lorraine of Not Quite Nigella. They chose the spectacular DobosTorte based on a recipe from Rick Rodgers' cookbook Kaffeehaus: ExquisiteDesserts from the Classic Caffés of Vienna, Budapest, and Prague.

viernes, 14 de agosto de 2009

Arroz con champiñones, chipirones y alcachofas


Toda una mañana pasando calor en la oficina, pensando en darme un chapuzón en la playa después de comer. Pero… ¡Sorpresa! Cuando dan las tres una brumilla malvada entra por la mar y tapa el sol.

¿Enfadada? Para nada. Tengo toda la tarde para hacer la receta de Olga de Las Cosas de Olga.

Este reto de los Daring Cookers me ha pillado bastante cerca, con una receta relativamente conocida para mi pero que ha sido una gozada de cocinar. Y de comer, ¡claro!

QUÉ. Ingredientes para cuatro personas.

Para el sofregit

5 tomates grandes pelados y picados
2 cebollas pequeñas picadas
1 pimiento verde
4 dientes de ajo
1 hoja de laurel
Una pizca de comino
Una pizca de orégano
Aceite de oliva
Sal

Para el arroz

4 alcachofas (pueden ser en conserva) cortadas en ocho partes.
12 champiñones cortados en cuatro partes
1 hoja de laurel
1 vasito de vino blanco
3 chipirones limpios y cortados en tiras
300 gr. de arroz
Agua o caldo de pescado (taza y media de caldo por cada media taza de arroz)
Azafrán
Aceite de oliva
Sal

Para el allioli (es un allioli rápido, la verdad es que con el tradicional no me atreví)

1 huevo
1 taza de aceite de oliva.
3 dientes de ajo
Un chorrito de zumo de limón
Sal

CÓMO

El sofregit


Ponemos todos los ingredientes en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y un poco de sal.
Dejamos que se vaya haciendo hasta que se evapore el líquido.

El arroz

Salteamos los chipirones con un poco de aceite de oliva.
Añadimos las alcachofas, los champiñones y la hoja de laurel y esperamos a que se doren un poquito las verduras.
Echamos un chorrito de vino blanco para que se diluya el sólido que se haya podido formar en el culo de la cazuela.
Añadimos tres cucharadas de sofregit y mezclamos bien.
Añadimos todo el liquido y dejamos que hierva a fuego fuerte durante 5 minutos.
Añadimos el azafrán y dejamos que hierva a fuego medio durante 8 minutos.
Sacamos del fuego y dejamos reposa unos minutos.

El Allioli

Ponemos el huevo, el ajo, el limón y un par de cucharadas de aceite en el vaso de la batidora.
Batimos hasta que emulsione y vamos añadiendo poco a poco el resto del aceite.
Salamos.
Por cierto, la semana que viene me voy a Almeria de vacaciones con mis compis, así que le daremos un descansito al blog. ¡Espero poder poneros fotos de cervecitas, tapitas y playas preciosas!

martes, 11 de agosto de 2009

Guateque en mi casa

Como cada verano, desde finales de julio hasta mediados de agosto mi vida se convierte en una auténtica maratón. Una maratón de fiestas, verbenas, concursos culinarios y mercados tradicionales.

El 25 de julio se celebra el concurso internacional de paellas en Aixerrota, el 10 de agosto el Mercado de San Lorenzo (prometo enseñaros unas fotos que he sacado para que lo conozcáis un poco mejor), y el 15 de agosto el concurso de marmitako, para este último todavía nos tenemos que organizar, y ya va quedando menos…

A todo esto, tendríamos que sumarle un calendario de fiestas “obligatorias” bastante completo y por si fuera poco, el sábado de fiestas de Romo (donde vivo) aprovechamos para hacer el Guateque Anual de la República Independiente de mi Casa.

Me intento complicar lo mínimo, nos juntamos unas 20 personas y solo hacer las compras ya es bastante lío, así que suelo optar por poner picoteo y un postre rico (al chocolate no me puedo resistir…). Este año el menú quedó así:

Pan con tomate y jamón
Brochetas de tomate cherry, mozarella y anchoilla en aceite
Brochetas de tomate confitado, mozarella, anchoilla y recula
Embutido: Paletilla ibérica, salchichón y fuet (adoro el fuet, no se que tiene…)
Pitas de jamón york, bacon y manzana al curry
Tortilla de patatas y pimientos verdes (cortesía de la tía y la mamma)
Una tabla con quesos brie, azul y de oveja
Chocoquesada

Ya veis que lo único que tiene un poco de complicación es la chocoquesada. La receta la saqué del libro Chocolate Moderno de Pancracio. No es la primera receta que hago, y siempre siempre salen riquísimas. Además el libro es super coqueto, en formato cuadrado, todo blanco y negro. Un chanel en mi balda…

QUÉ

125 gr. de azúcar
200 gr. de queso cremoso (tipo philadelphia)
1 cucharada y media de harina
150 ml. de nata
40 gr. de mantequilla blandita
2 huevos
75 gr. de chocolate negro

CÓMO

Precalentamos el horno a 170 ºC.
Engrasamos un molde cuadrado (18 cm aprox.) con mantequilla y forramos la base con papel de horno.
Mezclar todos los ingredientes excepto el chocolate hasta conseguir una crema homogénea y verter en el molde.
Fundir el chocolate.
Echar el chocolate a hilillos sobre la mezcla anterior.
Hornear durante 35 minutos. (Yo lo dejé 50 minutos y tuve que subir a 200 ºC los últimos 5 para que se dorara. De todas maneras no se si fiarme de esto, porque al ser tantas personas tuve que triplicar los ingredientes, y con tanta cantidad los tiempos cambian.

sábado, 8 de agosto de 2009

Smoothie de melón


Toda una mañana al sol.

Tras unas horas de relax y chapuzones en la playa, llegamos a casa acalorados, pegajosos y rebozados en arena.

Es el momento de hacer un refrescante smoothie.

Salgo al patio a cortar unas hojitas de menta a punto de deshidratarme, pero en cinco minutos ya he hecho todo lo necesario. Un maravilloso vaso lleno de melón, menta, limón y un poquito de miel. Suena bien ¿verdad?

QUÉ. Ingredientes para 2 vasos grandes.

6 rodajas de melón sin pepitas ni piel y cortadas en dados.
Media cucharadita de miel.
El zumo de medio limón.
4 hojas de menta fresca.

CÓMO

Metemos todo al vaso de la batidora.
Batimos y listo para servir.

lunes, 3 de agosto de 2009

Conserva de salsa de tomate


Botes esterilizados y por esterilizar, pinzas, trapos por toda la cocina…un olor riquísimo a cocina italiana y 4 tarros de tomate frito como premio a una tarde de trabajo.

Este es el resultado del HEMC#35, que celebra con esta edición su tercer cumpleaños. ¡Ahí van los tres tirones de oreja!

El reto era realizar alguna conserva, y estoy encantada, porque además de haber conseguido hacer la mía, al parecer exitosamente, también podré ver un montón de propuestas y aprender un montón. Y es que esto de hacer conservas es muy útil, mi congelador no es demasiado grande, así que me parece super cómodo poder tener alimentos cocinados guardados en el armario.

Eso si, en este primer experimento casi me ha parecido más importante la higiene que la receta en si. Hay muchísima información sobre el tema, en muchos casos contradictoria, yo me guié por este link de la revista consumer de eroski que me pareció bastante fiable.

Decidí hacer tomate frito por varias razones, por un lado la acidez del tomate no permite que se desarrolle la bacteria que produce botulismo (yo a lo seguro, que cobardica…) y por otro lado es muy cómodo para hacer pasta, arroces, una pizza, acompañar un huevo frito, hamburguesas…vamos que es muy útil y yo no soy demasiado amiga del orlando.

Como pequeño toque italiano le he añadido albahaca, que me encanta. También he preferido picar los ingredientes antes de hacer la salsa en lugar de pasarla por el chino una vez hecha, así quedan trocitos algo más grandes y le dan un aire más rústico.

QUÉ
  • 2 kg. de tomate tipo pera
  • 1 cebolla
  • 1 pimiento verde
  • 2 dientes de ajo
  • 2 zanahorias
  • Un puñado de albahaca fresca picada
  • Sal
  • Aceite de oliva

CÓMO

  • Esterilizamos los botes y los utensilios que vayamos a utilizar hirviéndolos durante 15 minutos.
  • Una vez hervidos los dejamos sobre un trapo limpio boca abajo.
  • Limpiamos bien las verduras y las escaldamos sumergiéndolas en agua hirviendo un momentito y pasándolas después por agua fría. A los tomates se les hace una cruz con un cuchillo en la parte inferior antes de escaldar para que sea más fácil pelarlos.
  • Pelamos los tomates y los cortamos en daditos.
  • Picamos las verduras.
  • Ponemos a pochar la cebolla y el ajo con aceite de oliva caliente.
  • Al de un par de minutos añadimos el pimiento verde y las zanahorias.
  • Salamos.
  • Cuando la verdura ya está blandita y con un pelín de color añadimos el tomate.
  • Esperamos a que la salsa espese y empiece a oler de maravilla y entonces añadimos la albahaca.
  • Damos unas vueltas y pasamos a rellenar los tarros.
  • Tenemos que dejar un centímetro del bote sin llenar, y si se ha manchado limpiarlo con un trapo limpio y agua caliente.
  • Le damos unos golpecitos para eliminar burbujas.
  • Cerramos muy fuerte (yo aquí pido sopitas).
  • Los metemos en la olla express con un trapito por debajo y entre los botes para evitar que choquen y se rompan.
  • El agua de la olla no debe llegar a la tapa y deben hervir durante 20 minutos. Calcular el doble de tiempo si se hace en una olla normal.

lunes, 27 de julio de 2009

Galletas de Milán

Nicole de Sweet Tooth ha sido la anfitriona del Daring Bakers de este mes, y su propuesta galletas de Milán.

Son unas galletas tipo tejas, aunque más azucaradas que la receta que hice anteriormente, como relleno llevan una crema de chocolate con naranja muy rica.

Como ya tenía un poco de experiencia en el mundo teja, sabía que la masa es muy líquida y aunque da una impresión muy rara cuando la pones en la bandeja del horno después de 10 minutitos quedan unas tejas estupendas. Esta experiencia no me ha impedido olvidar que al hornear se aplanan y que hay que separarlas bastante para que no se peguen, a mi me han quedado unas cuantas tejas “tu y yo”, incluso algún “menage a trois”...

QUÉ

Para las tejas

  • 170 gr. de harina
  • 170 gr. de mantequilla blandita
  • 300 gr. de azúcar glass (si no os gustan muy dulces añadir menos azúcar)
  • 6 claras de huevo
  • 1 cucharada de esencia de vainilla
  • La ralladura de medio limón


Para el relleno

  • 150 ml de nata de montar
  • 150 gr. de chocolate (yo tuve que añadir unos 80 gr. de chocolate más para que quedara un poco consistente, quizá por el calor…)
  • La ralladura de una naranja


CÓMO

Las tejas

  • Mezclar la mantequilla con el azúcar.
  • Añadir de una a una las claras de huevo, la esencia de vainilla y el limón sin dejar de mezclar.
  • Añadir la harina y seguir mezclando hasta conseguir una masa homogénea.
  • Con una manga pastelera o una cucharita ponemos pequeñas cantidades de masa (como 2 cm) en una bandeja de horno protegida con papel vegetal. ¡Los montoncitos tienen que estar separados por unos 4 cm si no queremos que se peguen!
  • Meter en el horno precalentado a 200 ºC.


El relleno

  • Ponemos a calentar la nata con el chocolate a fuego suave.
  • Cuando estén bien unidos ambos ingredientes añadimos la naranja y dejamos enfriar.


A partir de aquí solo queda rellenar las galletas. ¡O incluso untarlas en el chocolate y comértelas directamente! Yo lo he hecho, espero no ser la única…

The July Daring Bakers' challenge was hosted by Nicole at Sweet Tooth. She chose Chocolate Covered Marshmallow Cookies and Milan Cookies from pastry chef Gale Gand of the Food Network.

martes, 21 de julio de 2009

New York New York


En Nueva York hay de todo, y todo es grande. Hay tantísimas cosas que hacer, ver y por supuesto comprar, que resulta abrumador. Ahora que me he puesto a escribir este post y a repasar el viaje, empiezo a darme cuenta de todo lo que hicimos en una sola semana.

No quiero describiros absolutamente todo lo que hicimos, sería un post largísimo y aburridísimo, además creo que todos hemos oído hablar de la Estatua de la Libertad, del Empire State, de Central Park o de Broadway. ¿Verdad que si?

Os contaré las cosas que nos fuimos encontrando callejeando por ahí y que me gustaron especialmente.

Desayunos y cafés

Toda buena jornada empieza con un buen desayuno. En nuestro caso teníamos una cafetería cerca del hotel con unos camareros muy amables (nuestro inglés necesita paciencia y amor) y vajilla (en casi todos los sitios los vasos son de cartón) así que una vez que lo encontramos no lo soltamos.

Se llamaba Guy and Gallard y por lo que pudimos ver se trataba de una cadena. Cada día aparecíamos por allí a tomar dos zumos de naranja grandes, Gari un muffin y yo un bagel con mantequilla. El día después de una cena un poquito larga pedimos “huevos benedicte". ¡Que gran invento esto del brunch!

Huevos benedicte en el Guy and Gallard

También nos gustó mucho una cafetería pequeñita que encontramos de casualidad en la calle Thompson de camino al Soho, Porto Rico Importing Co. Era un local pequeñito, bastante desordenado y oscuro pero con mucho encanto. La chica que lo atendía era muy simpática, así que pasamos por allí un par de veces.

Porto Rico Importing co, tan agusto como en casa

Y si, lo confieso, ¡No me resistí a pasar por Magnolia Bakery! En mi defensa he de decir que Magnolia me encontró a mí, así que me tuve que zampar un Red Velvet Cupcake…La tienda es muy coqueta, pero la verdad es que hay muchas bakerys en Nueva York tan bonitas como esta, eso si, en general se pasan con el azúcar, ¡y lo digo yo que soy golosa!

Compras

De todo, y a lo grande...

Me entran pálpitos de acordarme de las tiendas. En el Soho había un montón de tiendas maravillosas, eso si, las cosas que me llamaban la atención no eran precisamente chollos. No compramos demasiado, aunque si más que en cualquier otro viaje, supongo que es parte del encanto de la ciudad, inevitable.

En lo que al tema cocinillas se refiere, me encantó Sur la table. Una tienda bastante grande llena de aparatejos para cocinar, pequeños electrodomésticos, moldes, placas refractarias, cazuelas de todos los tamaños y colores…¡Menos mal que no está cerca de casa! Me compré un molde de madeleines, un aparatejo para hacer gnocchis y un juego de cortapastas. Unas joyitas a las que todavía no he dado uso…

Donde aluciné fue en Whole Foods Market, un supermercado gigante de productos naturales y orgánicos, muy de moda en Nueva York. Tenían miles productos y en todas las variedades que te puedas imaginar. Pimientos de todos los colores, todo tipo de quesos, panes maravillosos, un montón de azúcares diferentes…Y todo super ordenado y super limpito.

Indecisión en el Whole Foods Market

Y siguiendo con el tema orgánico, también estuvimos en el Union Square Market. Un mercadillo al aire libre muy coqueto y con muy buen ambiente.
Una buena tabla de quesos en el Union Square Market

Parques

linda abejita en el High Line Park

Contra todo pronóstico no os voy a hablar del Central Park, este ya lo conocéis. Quería enseñaros el High Line Park. Es una zona verde en el sur-oeste de la ciudad. Está construido sobre una antigua línea de tren y al parecer, el proyecto ha visto la luz gracias al esfuerzo del vecindario. Cuando fuimos estaba recién inaugurado, y estaba lleno de gente dando una vuelta, o disfrutando del solete en un banco. Un parque diferente para dar un paseo especial.

Museos
Mujeres jóvenes con máscaras Yup´ik. Alaska

Ya se que he dicho que de las cosas más conocidas no iba a hablar, pero disfruté tanto en el MOMA y en el Metropolitan que aunque sea tenía que nombrarlos. En el primero me quedé atontada con “La danza” de Matisse y “Las señoritas de Avignon” de Picasso, son dos cuatros tan famosos y tan bonitos que parece mentira que los estés viendo, además me encantó ver obras de Chagall, de Klimt, de Frida Kahlo, de Brancusi…El Metropolitan es tan grande que hasta agobia, tiene de todo, arte de todas partes y de todas las épocas. Me gustaron especialmente, la zona dedicada a Oceanía, quizá porque no lo conocía y también la colección de artistas impresionistas, una pasada.

Restaurantes

Ocho días con sus ocho noches dan para conocer unos cuantos sitios. Algunos de ellos los habíamos elegido por recomendaciones de la guía, otros por tenerlos a mano, y otros porque al pasar nos enamoraron. Allá van los que más me gustaron.

Woorijip
el mantel de woorijip

Un restaurante pequeñito y baratísimo en el centro de “Little Korea” en la calle 32. La comida está disponible tipo buffet, y tienen un montonazo de tipos de sushi. Por supuesto, las dos veces que estuvimos (nos pillaba cerquita del hotel) comí sushi como una descosida.

Bubby´s
En Tribeca, 120 Hudson st.
sanwich de pollo, bacon y aguacate en Bubby´s

Este sitio no era especialmente barato y tengo que decir que nuestra camarera no era la más maja de Nueva York. Sin embargo, la decoración era preciosa y había mucha animación. La comida era típica americana, incluyendo tartas de frutas, hamburguesas, nachos y burritos, huevos benedicte, y unos sándwiches riquísimos. Mi elección: Sándwich de pollo asado con aguacate, bacon, lechuga y tomate.

Ten degrees
121 St. Marks st.
El sábado salimos con intención de ir a tomar algo, fuimos al metro pensando en ir al Soho, pero al bajar vimos que un montón de gente joven iba en dirección contraria, así que les seguimos. Aparecimos en el East Village, una zona muy animada llena de restaurantes pequeñitos y sitios donde tomarse una copita. Nos encantó, sobretodo este establecimiento, donde la gente se tomaba un cocktail o una copa de vino acompañado de aceitunas, tostas de champiñones, quesos y ¡jamón serrano! Lo pedimos por supuesto…

Café Mogador
De nuevo en el East Village y como despedida fuimos al Café Mogador. Un sitio precioso con una pequeña terracita decorado al más puro estilo Casablanca. Allí comimos un entrante de gambas y un cous-cous de pollo increíble. Con sus verduritas, sus garbanzos, sus pasitas…

Peanut and Co
240 Sullivan st.
sandwich en Peanut and Co.

En un viaje a Estados Unidos no puede faltar el famosísimo sándwich de mantequilla de cacahuete. Así que fuimos a Peanut and Co. un pequeño local donde puedes elegir entre decenas de tipos de sándwich (con mantequilla de cacahuete por supuesto). Todos van servidos con palitos de zanahorias crudos y patatas fritas de bolsa, como la merienda que le ponía al dueño del local su madre. Y un aviso, hasta que no te comas las zanahorias no deberías empezar las patatas, o eso es lo que le decían a el.

Lùlivo
Spring st. con Thompson st.
Uno de esos descubrimientos fortuitos. Cuando el hambre apretaba nos sentamos en la terraza de este restaurante. Resultó ser un italiano estupendo donde comimos de maravilla a muy buen precio.

Callejeando

foto en un escaparate de Little Italy

Que os voy a contar. ¡Hay tantos ambientes diferentes! Nos gustó mucho la tranquilidad de Chelsea y el ambiente de Greenwich Village, el Soho y Tribeca. El contraste de los “littles” Korea, China e Italy. Y sobre todo la animación del East Village, un sitio donde tomarse algo tranquilamente y disfrutar de un vinito y una cena con velitas.

Despidiéndonos

Me dejo muchas cositas en el tintero, la biblioteca pública, un espectáculo en Broadway, el ciclo de teatro “Shakespeare in the Park”…pero creo que ya me he extendido bastante, así que hasta el próximo viaje.

Como despedida os pongo esta foto, son diferentes semillas, de la que solo reconocí el anís, envueltas con una cobertura azucarada. Nos las daban en el avión después de las comidas. Curioso ¿verdad? Es lo que tiene volar con una aerolínea india. Eso y las películas de Bollywood. Je je.

chicle de menta estilo indio