
Como habréis podido comprobar últimamente tengo el blog de lo más abandonado y es que de repente el destino parece haberse puesto en contra de mi actividad blogera.
Después de las Navidades todos los clientes de la empresa donde trabajo se han puesto de acuerdo para pedir proyectos y más proyectos (no me quejo que no está el horno para bollos) hasta el punto de que parece que me he mudado y ahora vivo en la oficina, fines de semana incluidos.
Por si estoy no fuera suficiente, un buen día mi ordenador decidió dejar de funcionar y al de poquito tiempo el ordenador de Gari también quiso pillarse la baja, ahora están los pobres ingresados en el servicio técnico. ¡Horror! ¡Ya no tengo internet en casa!
Llegados a este punto, la primera reacción es pedir que paren el mundo, que yo me bajo, pero realmente no es demasiado útil intentar luchar contra los elementos. Así que me voy a dejar aconsejar por Punset y voy a encontrar la felicidad dejándome llevar por el flujo.
¿Qué hay que trabajar más de 60 horas a la semana? Flujo. ¿Qué enciendes el ordenador y él solo se pone a hablar en inglés sin que hayas abierto ningún programa? Déjate llevar por el flujo. ¿Qué no tienes nada rico que llevar a la oficina para comer al día siguiente? No, aquí no nos sirve de nada el flujo. Aquí lo más útil es tener una madre proveedora de tuppers variados o cocinar este plato de garbanzos con pisto, que se congela estupendamente e incluso sirve de plato único si le añadimos un poquito de huevo cocido.
QUE. Ingredientes para 4 personas.
400 gr. de garbanzo cocido
Un calabacín cortado en dados
Una lata de tomate triturado
Una cebolla picada
Aceite de oliva
Sal
CÓMO
Ponemos a pochar la cebolla con aceite de oliva y sal y cuando se quede transparente añadimos el calabacín.
Dejamos hacer hasta que el calabacín empiece a hacerse y entonces añadimos el tomate.
Dejamos hervir hasta que las verduras estén hechas a nuestro gusto, a mi me gustan tirando a duritas.
Añadimos los garbanzos escurridos y dejamos un ratito hasta que cojan el sabor del pisto y estén calientes.
Después de las Navidades todos los clientes de la empresa donde trabajo se han puesto de acuerdo para pedir proyectos y más proyectos (no me quejo que no está el horno para bollos) hasta el punto de que parece que me he mudado y ahora vivo en la oficina, fines de semana incluidos.
Por si estoy no fuera suficiente, un buen día mi ordenador decidió dejar de funcionar y al de poquito tiempo el ordenador de Gari también quiso pillarse la baja, ahora están los pobres ingresados en el servicio técnico. ¡Horror! ¡Ya no tengo internet en casa!
Llegados a este punto, la primera reacción es pedir que paren el mundo, que yo me bajo, pero realmente no es demasiado útil intentar luchar contra los elementos. Así que me voy a dejar aconsejar por Punset y voy a encontrar la felicidad dejándome llevar por el flujo.
¿Qué hay que trabajar más de 60 horas a la semana? Flujo. ¿Qué enciendes el ordenador y él solo se pone a hablar en inglés sin que hayas abierto ningún programa? Déjate llevar por el flujo. ¿Qué no tienes nada rico que llevar a la oficina para comer al día siguiente? No, aquí no nos sirve de nada el flujo. Aquí lo más útil es tener una madre proveedora de tuppers variados o cocinar este plato de garbanzos con pisto, que se congela estupendamente e incluso sirve de plato único si le añadimos un poquito de huevo cocido.
QUE. Ingredientes para 4 personas.
400 gr. de garbanzo cocido
Un calabacín cortado en dados
Una lata de tomate triturado
Una cebolla picada
Aceite de oliva
Sal
CÓMO
Ponemos a pochar la cebolla con aceite de oliva y sal y cuando se quede transparente añadimos el calabacín.
Dejamos hacer hasta que el calabacín empiece a hacerse y entonces añadimos el tomate.
Dejamos hervir hasta que las verduras estén hechas a nuestro gusto, a mi me gustan tirando a duritas.
Añadimos los garbanzos escurridos y dejamos un ratito hasta que cojan el sabor del pisto y estén calientes.